Tocando a su puerta
Desde que los padres de Emily se enteraron de que heredaría la fortuna de sus abuelos, no la dejaron sola ni un momento. Incluso ahora, su madre estaba tocando a su puerta, gritándole que saliera y hablara con ellos. Era como si de repente se hubiera convertido en una extraña en su propia casa, cada conversación girando únicamente alrededor de la herencia, una transformación drástica en la dinámica familiar enfocada en la ganancia material.
Emily se sentía impotente y no podía entender qué había hecho para merecer tal rechazo. La atmósfera en casa se había vuelto gélida, y las constantes acusaciones de sus padres resonaban en sus oídos. Intentó explicarles que el dinero no cambiaría su vida, pero sus palabras cayeron en oídos sordos. Era como si una pared invisible se levantara entre ellos, creciendo más alta con cada día que pasaba, una barrera que parecía insuperable.