El mundo aún se está recuperando del impacto de las anteriores oleadas de Covid. Pero la nueva variante Omicron de COVID ya ha afectado a varios países. En esta situación, el gobierno del Reino Unido ha decidido imponer una nueva serie de restricciones que se denomina Plan B. Ahora preocupa cómo afecta esta estrategia a la economía.
También se aplicarán restricciones similares en Escocia, Gales e Irlanda del Norte. El mundo ya ha sabido operar bajo las restricciones de Covid. Muchas empresas no hicieron hincapié en que sus empleadores volvieran a la oficina. Los trabajadores ya están acostumbrados a operar desde casa. Según la Oficina de Estadísticas Nacionales, cerca de un tercio de los adultos que trabajan en Gran Bretaña lo hacen desde casa. Así que se espera que la nueva restricción no sea tan perjudicial para la economía como antes.
El economista Jonathan Gillham declaró: «El cierre de enero de 2021 sólo tuvo una quinta parte del impacto en la producción económica de los primeros cierres». Gillham explicó así el impacto del Plan B en el conjunto de la economía: «Me imagino que será bastante limitado».
Sin embargo, el impacto económico podría ser grave para empresas individuales como bares, restaurantes, hoteles e industrias de ocio. El director de políticas de la CBI, Matthew Fell, explicó: «Las nuevas restricciones suponen un gran revés para las empresas, sobre todo para las de la hostelería y el comercio minorista, que se encuentran en un periodo comercial crítico, así como para otras, como el transporte».
Los gobiernos tienen que tomar iniciativas para apoyar a estos sectores. Tienen que equilibrar el impacto a corto plazo con el beneficio a largo plazo. El Sr. Gillham dijo: «Si se hace en el momento adecuado, es algo bueno. Se trata de actuar con la suficiente antelación y decisión para que las medidas tengan el impacto que se supone que deben tener. Ese momento es muy difícil de acertar».