Como muchos de nosotros hemos presenciado y experimentado, la pandemia ha obligado prácticamente a todo el mundo a cerrar y permanecer en casa. Los empleados que solían trabajar en oficinas llevan meses trabajando desde casa, lo que ha permitido pasar más tiempo con la familia. Pero ahora que el mundo se está recuperando poco a poco, se vuelve a la configuración de la oficina y muchos no están muy contentos con ello.
Si eres uno de los muchos empleados que temen volver al mundo, aquí tienes algunos consejos para convencer a tu jefe de que te deje seguir trabajando desde casa.
Sé sincero y abierto
Dado que nunca podrás transmitir tus emociones de forma adecuada a través de Internet, sería inútil conjurar una introducción de tipo teatral sólo para convencer a tu jefe. Lo único que debes tener en cuenta es que es importante que seas abierto y honesto para comunicar eficazmente tus preocupaciones sobre el trabajo de vuelta a la oficina. Puedes empezar tu explicación con la raíz de tus dudas, ya sea el miedo a contraer el virus o la necesidad de estar en casa para cuidar de tu familia, ambas cosas son comprensibles y razonables.
Compromiso
En el proceso de expresar tus preocupaciones, también debes estar abierto a cualquier objeción que tenga tu jefe, aprendiendo así el arte del compromiso por tu parte. Si tu jefe sigue insistiendo en que vuelvas a la oficina, puedes indicarle y sugerirle medidas de seguridad concretas para que se quede tranquilo. No debes ser tímido a la hora de expresar tus necesidades. Al fin y al cabo, la satisfacción de estas necesidades dará lugar a protocolos más beneficiosos también para el resto de la plantilla.
Ofrece soluciones
Otra cosa que hay que tener en cuenta para ayudar a convencer a tu jefe de que te siga dejando trabajar desde casa es acercarte a ellos con soluciones, específicamente para aquellos problemas que tú y tus compañeros encontrasteis al estar en cuarentena en casa. Según los expertos en carreras profesionales, los empresarios prefieren que sus empleados resuelvan los problemas y no que los inicien. Así que, tal vez, ponte a enumerar los problemas y sus soluciones antes de programar un cara a cara con tu jefe.
Prueba de productividad
Es comprensible que las preocupaciones de tu jefe acaben por llevar a una cuestión de productividad. Puedes empezar demostrando que puedes hacer los cambios necesarios para cumplir los objetivos y los plazos incluso sin estar presente en la oficina. Para reforzar tu caso, puedes presentar datos sobre cómo gestionas tu tiempo y aportas tus esfuerzos al equipo mientras trabajas a distancia.
Por último, conoce tus derechos
Si has puesto todas las cartas sobre la mesa y tu empleador sigue sin comprender tus problemas de salud, puedes darle un pequeño empujón haciéndole saber que estás en tu derecho. Puedes investigar y, sobre todo, consultar con un abogado laboralista para ver si tu salud y bienestar están protegidos por la ley como discapacidad.