Estas prácticas en el Lejano Oeste muestran cuán salvajes eran realmente los tiempos

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Espectadores durante una operación

La cirugía en el Lejano Oeste debe haber sido lo suficientemente aterradora, incluso sin la necesidad de tener una multitud de espectadores alrededor, observando cada detalle de la operación. Pero parece que algunas personas tenían demasiada curiosidad como para quedarse cerca del sitio donde se estaba realizando la cirugia.

Uno de esos casos se describe en la revista American Heritage, cuando el Dr. Charles Gardiner tuvo que extirpar un tumor de la cabeza de una desafortunada mujer de Colorado. Para consternación del Dr. Gardiner, y sin duda de esta pobre dama, un hombre se dirigió a la sala de operaciones y desde la misma estuvo contando todos los detalles del proceso a una multitud de personas que se había reunido afuera.