Lo admito, vivo para complacer a la gente y eso en todos los aspectos de mi vida. Ya sea en mi vida social, en mi vida de pareja o en mi vida laboral, mi felicidad proviene de hacer felices a los demás. Sin embargo, con el tiempo me he dado cuenta de lo peligroso que es complacer a la gente, especialmente si estás dispuesto a hacer todo lo posible por los demás. Especialmente en situaciones de trabajo, ¿no sería mejor que fuéramos agradables y simpáticos? Bueno, resulta que ese es otro nombre para “incapaz de establecer límites saludables”. Si te has dado cuenta de que eres alguien como yo, estás de suerte porque estoy aquí para enseñarte a establecer límites saludables en el trabajo.

El establecimiento de límites comienza ya en el proceso de la entrevista de trabajo. A partir de ahí, debes dejar claro a tus compañeros y empleadores el tipo de trato que permites. Así evitarás ponerte en situaciones tóxicas y que la gente se aproveche de ti. Sin embargo, antes de establecer tus límites, tienes que evaluar primero tus deseos y tus límites. Tu vida no gira únicamente en torno a tu trabajo. También gira en torno a todo lo que implica tu vida fuera del trabajo, como tu casa, tus relaciones, tus aficiones, etc.

Cuando hayas evaluado cuáles son tus límites, comunícalos a tu equipo. Por ejemplo, puedes hacerles saber que no revisas el correo electrónico después de una hora determinada. También puedes explicarles lo que considerarías una emergencia laboral que te obligaría a realizar cualquier tipo de actividad relacionada con el trabajo fuera de horario. De este modo, evitarás cualquier malentendido futuro entre tú y tu equipo, ya que son más conscientes de tus límites.

Creo que lo más importante a la hora de establecer límites es saber cuándo decir que no. Esto es algo con lo que todavía me cuesta a veces porque siempre es más fácil decirlo que hacerlo. Sin embargo, si no practicamos el decir no, ambas partes pueden estar en desventaja. Por ejemplo, si te piden que hagas una tarea que está fuera de tu responsabilidad o que simplemente no puedes hacer por tu carga de trabajo, aceptarla puede hacer que comprometas tus otras tareas o que no puedas dar el mejor rendimiento por falta de conocimiento al hacerlo.

Por último, tómate un tiempo libre. Te lo mereces. No ahorres todas tus vacaciones sólo para que caduquen a final de año. Utiliza el tiempo libre que tienes para hacer algo que no esté relacionado con el trabajo. Pasar todos los días en el trabajo sólo te llevará al agotamiento, y eso es algo que quieres evitar a toda costa.

Sé que aprender a poner límites no es algo que ocurra de la noche a la mañana, y que de vez en cuando experimentarás retrocesos. Pero no te sientas frustrado. Aproveche las reticencias como una oportunidad para instruir suavemente a sus colegas sobre sus límites. Sin embargo, si son conscientes de ello y, sin embargo, los sobrepasan constantemente, es posible que te encuentres en un entorno de trabajo tóxico.