Aunque la escuela es el lugar donde tus hijos van a aprender, hay algunas lecciones de la vida que no se enseñan en la escuela. Entre estas lecciones están las relativas al dinero. Así que, si tus hijos no aprenden sobre finanzas en la escuela, ¿dónde aprenderán entonces? Pues de ti. Independientemente de su edad, nunca es demasiado pronto para prepararlos para la vida. No esperes hasta el último momento para enseñarles, porque, por desgracia, los viejos hábitos son difíciles de erradicar. Dedica un tiempo de tu día a enseñar a tus hijos estas lecciones sobre el dinero que necesitarán más adelante en la vida.
El dinero no crece en los árboles
Esto es algo que escuché mucho de mi madre cuando era niño. Al igual que otros niños, todavía no están demasiado familiarizados con el concepto de dinero y de trabajar por él. Por eso es importante que te sientes con ellos y les expliques cómo se gana el dinero, por ejemplo, qué se hace para ganarlo y qué pasa si no se trabaja por él. Cuanto más hables con tus hijos sobre el tema, más lo entenderán incluso a una edad temprana. También es un buen tema para hablar con ellos si piensas darles una paga o un dinero extra por hacer tareas.
Ahorrar con prudencia
La siguiente lección está relacionada con la anterior. Ya has hablado con tu hijo sobre el valor de trabajar para ganar dinero. Ahora, es el momento de enseñarle el valor de presupuestar y ahorrar. Antes de que se gaste todo el dinero en una juguetería, enséñale que, aunque puede hacerlo, también puede ahorrarlo e ir a por un juguete más grande la próxima vez que gane dinero. Si te acompaña un adolescente, puedes centrarte en un ejemplo mayor que le motive a ahorrar más, sobre todo si quiere ir a la universidad. Ve un paso más allá y explícales también el valor de presupuestar. Dales ejemplos de cómo presupuestas tu dinero en necesidades, no necesidades y ahorros. Háblales también de lo importante que es reservar un fondo de emergencia por si te encuentras con situaciones imprevistas.
Endeudarse de forma responsable
Los ahorros pueden ser una gran ayuda en la mayoría de las situaciones, pero a veces no son suficientes para cubrir todo. En determinadas situaciones, es posible que tengas que pedir un préstamo. Si tus hijos son un poco más maduros, puedes ser un poco más abierto sobre tus finanzas. Enséñales el valor de pedir prestado de forma responsable y a pedir dinero prestado sólo cuando se considere totalmente necesario y, por supuesto, asegurándose de que pueden devolverlo. Sé abierto sobre los efectos de tener deudas en su vida.