3 prácticas para mantenerte productivo a lo largo del día

405

Trabajar desde casa significa que las distracciones están por todas partes porque no hay nadie que te vea. Ya sea por comer, o por tomar un descanso, o peor aún, por dormir la siesta, las distracciones están presentes en una situación de trabajo desde casa. Ciertamente, soy víctima de las distracciones, sobre todo por mi escasa capacidad de atención. Pero en el transcurso de los pocos meses que llevo en esta situación, he ido identificando poco a poco formas de estar más atento a mi día y ser menos propenso a distraerme.

Hacer una lista de tareas

Esto es algo que hago cuando sé que tengo un día liado por delante. Incluso los fines de semana, cuando no tengo nada más que hacer que los quehaceres, escribo una lista de tareas. Escribirla me ayuda a ser consciente de las tareas que quiero realizar ese día. Para darle un giro, le pongo límites de tiempo. Por ejemplo, escribo doblar la ropa de 9 a 10 y así sucesivamente. He descubierto que, en mi caso, si no establezco límites de tiempo, tiendo a retrasar mi trabajo. Establecer límites de tiempo me permite mantenerme concentrada en mis tareas y ser consciente del tiempo. Además, no hay nada más satisfactorio que tachar algo de una lista de tareas. Dependiendo de las actividades que tengas que hacer, no necesariamente tienes que ponerle un límite de tiempo. Mientras tengas tus tareas escritas, estarás un paso más cerca de tener un día más productivo.

Eliminar las distracciones

Las distracciones son la perdición de toda productividad. Te prometes que solo vas a revisar tus correos electrónicos y, de repente, han pasado 20 minutos y estás desplazándote sin sentido por Instagram. Por eso tienes que eliminar todas las distracciones posibles durante las horas de trabajo. Para ello, primero tienes que identificar tus distracciones. ¿Es tu teléfono? Apágalo o guárdalo en un lugar alejado de tu mesa de trabajo. Identificar y deshacerte de todas estas distracciones te asegurará no perder un tiempo precioso haciendo algo no relacionado con tu trabajo.

Declinar y delegar

Otra razón por la que tendemos a sentirnos improductivos a lo largo del día es porque tragamos más de lo que podemos masticar. Y con esto me refiero a decir que sí a todo, a hacer todo el trabajo (y con todo me refiero a T-O-D-O) o a no ejercer la responsabilidad. Poner límites. Si la carga de trabajo es abrumadora y alguien te pide que hagas algo, declínalo. Di: «Lo siento mucho, pero no estoy disponible/no puedo comprometerme con esa tarea». Otro consejo es clasificar las tareas que tienes que hacer. Enumera las que tienen mayor prioridad. Si hay tareas que están permitidas y se pueden delegar en otras personas, por supuesto, selecciona a personas en las que confíes para que hagan el trabajo también.

Estas son 3 prácticas sencillas que te ayudarán a tener un día más productivo. Puede que te cueste acostumbrarte a algunas de ellas, pero siempre que te centres en hacer el trabajo, te resultará fácil.